lunes, 25 de mayo de 2009

PODER, AUTORIDAD Y EL EMPLEO DE LA FUERZA


El policía se encuentra ante situaciones frente a las que debe tomar algún tipo de decisión. Frente al ciudadano, el policía debe decidir si le da una citación, le arresta o le deja marchar con un aviso. Muchas veces, las respuestas que se dan no son del todo consistentes, y dependen tanto de la situación concreta, del delito, de la personalidad y características del policía y de los antecedentes demográficos del delincuente.

Revisión de la literatura

En una investigación realizada en 1994 (Icove, 1994) se encontraron diferencias sorprendentes en las prácticas policiales y la toma de decisiones. Comparados con otros grupos, se encontró que los policías eran más severos en el trato con los violadores de la libertad condicional y con los implicados en temas de drogas, alcohol, prostitución y vandalismo. Se encontró que la toma de decisiones del policía estaba relacionado con su experiencia como policía y su nivel de educación. Cuanto mayor era su nivel de educación, el policía trataba con menor dureza al delincuente. También se encontró que los policía mostraban un trato más duro durante los primeros años de servicio; se volvían más tolerantes en los años intermedios, volviendo a ser más duros al final de sus carreras.
La toma de decisiones discrecional del policía se encuentra estrechamente unida al concepto de su ética y moralidad. Cohen y Feldberg (1991) señalan que "el policía tiene una considerable mayor autoridad sobre otros que la mayoría de las personas en nuestra sociedad y, en consecuencia, tienen más oportunidades de emplear la autoridad de formas inaceptables." Por consiguiente, la toma de decisiones por parte de la policía es, en ocasiones, el resultado de juicios personales y sesgos naturales.
Desde un punto de vista psicológico, la toma de decisiones abarca una amplia variedad de procesos cognitivos. La habilidad para organizar los datos, para sintetizar estos datos y para traducir los resultados en el resultado conductual apropiado, es, ciertamente, un proceso complicado. No sorprende pues el hecho de que el policía pueda tomar decisiones basadas en la conducta del sospechoso y en la interpretación que hace de esa conducta. La conducta del sospechoso puede ayudar al policía a reunir información concreta en relación a la situación, a evaluar el peligro potencial de la situación y a elaborar estrategias efectivas para abordar el problema.
Klinger (1994) descubrió que la conducta de los ciudadanos tiene un impacto sobre la decisión de los policías para arrestarlos. Este autor detalló un proceso en dos fases a través del cual el agente interactúa con el ciudadano: (1) una fase de "pre-intervención", que contiene las circunstancias que llevan al policía a actuar con el ciudadano, y (2) una fase de "interacción" que comienza cuando el policía trata con el ciudadano y termina cuando las dos partes se separan. Durante estos encuentros, la conducta del ciudadano entra en juego e influye en la posibilidad de arresto por parte del policía. Sin embargo, se encontró que la conducta tenía un efecto sobre la decisión de arrestar por parte del policía sólo cuando estaba implicada una conducta ilegal.
R. J. Lundman encontró que los efectos de la conducta variaban en relación a cómo se presentaba ante el policía la conducta del ciudadano. Más específicamente, la raza y la clase social tenían efectos sobre la decisión de arrestar. Los miembros de minorías eran arrestados con mayor frecuencia. También se citaba con mayor frecuencia a los miembros de las clases económicas altas, debido a la creencia del policía de que estas personas pueden hacer frente mejor a las multas económicas.
El policía se enfrenta a diversas y complicadas situaciones a diario. La decisión de arrestar o no varía en función de la experiencia del policía y de las influencias externas. La "tesis de indulgencia", por ejemplo, señala que la policía trata menos punitivamente a los hombres que maltratan a sus mujeres que a otros delincuentes violentos. De hecho, la investigación ha demostrado que el 13% de los casos de agresión hombre-mujer acaban en arresto, mientras que lo es el 28% de otro tipo de agresiones. Estos resultados indican que la policía toma decisiones basadas en determinados aspectos de la situación, algunos de los cuales pueden ser sesgos personales individuales.
Está claro que el policía toma decisiones discrecionales basadas en una serie de factores. Estas decisiones están basadas en diversas influencias internas y externas. Estas influencias permiten al policía sopesar estos factores y tomar decisiones basadas en su nivel de autoridad percibido.

Los métodos que emplea la policía para manejar delitos graves y no tan graves se han investigado con el propósito de comprender mejor el proceso de toma de decisiones global de la policía. El propósito de estas investigaciones es establecer directivas de actuación consistentes. Crank (1992), por ejemplo, encontró que factores como la presencia de minorías, la localización de la comisaría de policía, el número de policías en el cuerpo, la tasa de supervisión de los departamentos y otras variables correlacionaban significativamente con el número total de arrestos efectuados.


EMPLEO DE LA FUERZA

La decisión de emplear la fuerza en la detención de un ciudadano, sea ésta excesiva o mortal, se encuentra, en última instancia, en las manos del policía en el momento del conflicto.

Revisión de la literatura

Junto a la creación de estándares más definidos para el empleo de la fuerza, se encuentra la exploración de los motivos, conductas y proceso de toma de decisiones que subyacen a estas acciones.
Sin embargo, las explicaciones más recientes sobre el empleo de la fuerza sugieren que los estándares de trabajo para el empleo de la fuerza son difíciles de aplicar, ya que muchas actuaciones policiales en este sentido se deciden en una fracción de segundo; lo que tarda el policía en muchas ocasiones para analizar la situación. Este análisis suele ir acompañado de un fuerte estrés y la posibilidad de que la situación pueda amenazar la propia vida. Algunos expertos señalan que puede no ser muy realista esperar que, bajo estas circunstancias, el policía pueda tomar decisiones apropiadas.
Binder y Scharf (1980) estudiaron las circunstancias que se desarrollaban durante un conflicto y desarrollaron un modelo en cuatro fases que describe los pasos implicados en la decisión final de emplear una fuerza intensa. Este modelo señala que "el encuentro violento policía-ciudadano es un proceso en desarrollo en el que conductas sucesivas por parte del ciudadano o el policía, o de ambos, hacen que sea más o menos probable un resultado violento." El modelo consiste en la Fase de Anticipación, la Fase de Entrada y Contacto Inicial, el Intercambio de Información y la Fase Final. Cada fase describe los detalles emocionales y ambientales a medida que se transforman en situaciones potencialmente violentas. La Fase de Anticipación se refiere a la implicación inmediata del agente cuando se le llama para intervenir y la información que se le transmite al respecto. La Fase de Entrada y Contacto Inicial incluye lo que se encuentra el policía cuando llega a la escena y el desarrollo de la crisis. La Fase de Intercambio de Información consiste en todo el intercambio verbal y no verbal entre el sospechoso y el policía, y que también contribuye a la evaluación del agente sobre la peligrosidad de la situación. En la Fase Final, el policía toma la decisión de emplear o no la fuerza incorporando la información recibida en las fases previas, las consiguientes conductas del sospechoso y las amenazas inmediatas.

Una forma de combatir el empleo innecesario de la fuerza es incorporando programas de entrenamiento efectivos que prepare a los policías para tomar decisiones rápidas en este sentido. Determinar políticas sobre los criterios adecuados para el empleo de la fuerza puede servir para que el agente de policía reconozca los elementos clave implicados. Estos elementos clave incluyen niveles de respuesta específicos por parte del agente que deben ser evaluados durante el curso de la confrontación. Proporcionar a los agentes niveles de respuesta apropiados, como un diálogo adecuado y directrices verbales con el ciudadano, medidas adecuadas de contención, etc, podría aliviar algunas de las situaciones derivadas de la toma de decisiones en fracciones de segundo. Además, tales políticas podrían tener en cuenta factores relacionados con el sujeto, como la edad, complexión, número de agentes presentes y los requerimientos legales, entre otros.
Otra forma efectiva de prevenir el empleo innecesario de la fuerza consiste en la observación y tratamiento de aquellos policías que muestran una mayor propensión hacia la violencia.
Registrar el comportamiento de los agentes sobre el terreno puede servir de pauta de imitación para otros policías.

jueves, 21 de mayo de 2009

CÓMO CONTACTAR


Os recuerdo que todos aquellos que quieran contactar conmigo para cualquier tema relacionado con los intereses de este blog, pueden hacerlo directamente a la dirección de correo que viene indicada en el blog: pocopsicologo@gmail.com, y no haciendo un comentario a los artículos del blog. Os lo digo porque hay personas que dejan un comentario para contactar sobre algún tema, pero lo hacen de forma anónima y no queda ningún mail al que contestar.
Gracias a todos.
Fernando

martes, 19 de mayo de 2009

INTERESANTES DOSSIERES EN SAFE WORLD


Los compañeros de Safe World han colgado una serie de dossieres - que van actualizando - y que nadie se puede perder. Desde aquí la enhorabuena por el fantástico y desinteresado trabajo realizado. Hasta el momento podéis consultar los trabajos:

- 11-M CINCO AÑOS DESPUÉS
- ETA: LA ÚLTIMA ORGANIZACIÓN TERRORISTA EUROPEA
- NARCOTERRORISMO

http://cies-safeworld.es.tl/DOSSIERES.htm#

martes, 12 de mayo de 2009

EL ESTRÉS EN EL TRABAJO ESTÁ ASOCIADO A RESULTADOS ADVERSOS EN LA SALUD MENTAL Y FISICA DEL POLICÍA


En un estudio reciente realizado por el Dr. Gerson con policías, se identificaron cinco categoría de estresores: exposición a incidentes críticos (ej., asistir al funeral de un compañero, ser objeto de investigación interna), falta de satisfacción en el trabajo, discriminación, las injusticias percibidas en la organización y la falta de cooperación y confianza. De todos estos, los 2 que estaban más estrechamente relacionados con la percepción de estrés fueron las injusticias percibidas en la organización y la falta de satisfacción con el trabajo.

El estrés laboral percibido estaba fuertemente relacionado a los resultados adversos en los ámbitos psicológico, físico y conductual. Los sujetos que informaron padecer depresión era 10 veces más probable que también experimentaran estrés laboral, mientras que la probabilidad era 6 veces mayor en aquellos que informaban padecer ansiedad. La probabilidad era 2 veces mayor en los sujetos que informaron de agresividad o conflictos interpersonales.

Experimentar estrés laboral estaba estrechamente relacionado con las conductas de afrontamiento negativas o de evitación. "Un resultado interesante de este estudio es que los policías que informaron de elevado estrés laboral y que empleaban mecanismos de afrontamiento de evitación, informaban de padecer de ansiedad en una proporción 14 veces mayor, y de padecer "síndrome de quemado" en una proporción nueve veces mayor, que los policías que no empleaban este tipo de afrontamiento". afirma el doctor en Psicología Robyn Gershon. "Existen dos caminos para la mejora", sigue el Dr. Gerson. "Uno consiste en mejorar los mecanismos de afrontamiento de esos policías que pueden verse expuestos al estrés, y el otro sería identificar y abordar los estresores del trabajo que sean modificables. Ambos enfoques pueden ayudar a mitigar los efectos del estrés laboral en los policías."


Fuente: Gershon et al. Criminal Justice and Behavior, 2009

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¿Qué son los mecanismos de afrontamiento?


Fleishman (1984) define el afrontamiento como "las respuestas cognitivas o comportamentales para reducir o eliminar el distrés psicológico o las condiciones estresantes."

Lazarus y Folkman (1986) definen el término "estrategias de afrontamiento" como esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes, desarrollados para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos del individuo.

Estos mismos autores sostienen que las respuestas de afrontamiento se dividen en aproximación y evitación. El afrontamiento de aproximación se focaliza en el problema y refleja los esfuerzos cognitivos y conductuales para manejar o resolver los estresores vitales. En cambio, el afrontamiento por evitación tiende a estar centrado en una emoción, refleja intentos cognitivos y conductuales para evitar pensar en un estresor y sus implicaciones, o para manejar la emoción asociada al mismo.

martes, 5 de mayo de 2009

LA ENTREVISTA COGNITIVA: DESDE SUS ORÍGENES TEÓRICOS HASTA SU APLICACIÓN POLICIAL y II



La Entrevista Cognitiva Mejorada

Es muy similar a la entrevista original, salvo que se le han añadido una serie de instrucciones para asegurar que: 1) se establece un buen clima de comunicación; 2) se transfiere el control al entrevistado; 3) las preguntas son compatibles con la estructura mental del entrevistado; 4) se anima al entrevistado a que emplee el recuerdo centrado, y 5) se anima al entrevistado a que emplee imágenes.


Investigación en el laboratorio

El consenso general es que la entrevista cognitiva produce un 40% más de información que la entrevista policial estándar.
Las críticas a estos estudios de laboratorio se centran en el hecho de que no pueden representar toda la crudeza y carga emocional de un suceso de la vida real.
El estudio sobre la aplicación de la EC ha producido 3 resultados significativos:

1. La entrevista cognitiva ha mejorado claramente las entrevistas policiales incrementando la amplitud y precisión de los informes de los testigos, sin que aumenten los errores y fabulaciones.

2. Se necesita más investigación para establecer qué componentes de la EC son más efectivos y por qué.

3. Debe valorarse la posibilidad de desarrollar ina versión más breve de la EC.


La entrevista cognitiva y el niño testigo

En los últimos años ha aumentado el número de niños que prestan su testimonio en los juzgados. Muchos casos se han sobreseído por entrevistas realizadas inadecuadamente o por el empleo de preguntas sugerentes.
Se han realizado diversos estudios comparando la entrevista cognitiva y la estándar con niños:

Chapman y Perry (1995): la EC generaba más ítems correctos, pero esta diferencia entre tipos de entrevistas sólo se daba entre los grupos de edades de 4-5 y de 14-15 años. Se ha criticado este estudio porque no se pueden generalizar los datos obtenidos en el laboratorio a la vida real, en la que ser testigo de un delito es diferente que verlo en una TV.

McCauley y Fisher (1995): los niños que recibieron la EC recordaron mayor cantidad de información correcta que los niños en la condición de entrevista estándar. Sin embargo, la proporción de información precisa fue igual en ambos grupos. Nuevamente la crítica a este estudio se ha centrado en la generalización de los resultados.

Memon et al. (1993): el único tipo de información que mostró diferencias significativas entre ambas modalidades de entrevista se refería a la localización de objetos y personas, que era significativamente mayor con la entrevista cognitiva. La revisión de las transcripciones de las entrevistas reveló que no todos los niños comprenden y pueden emplear de manera efectiva la entrevista cognitiva. Se sugiere que un buen entrevistador debe diseñar las entrevistas de forma que tengan en cuenta las capacidades cognitivas y lingüísticas del niño concreto.

Milne et al. (1994): compararon ambos tipos de entrevista en relación a la sugestibilidad. Concluyeron que la entrevista cognitiva mejora el recuerdo de los niños en relación a las personas y los detalles del suceso. Sin embargo, la entrevista cognitiva también incrementaba los errores e invenciones sobre las personas. Con respecto a la sugestión, la entrevista cognitiva incrementa la resistencia de los niños frente a preguntas sugerentes, pero sólo cuando estas se presentan tras la entrevista cognitiva. Este tipo de entrevista incrementa el recuerdo y no genera sugestibilidad. También se ha encontrado que es importante diferenciar entre las preguntas consistentes e inconsistentes con el guión, ya que los niños reaccionan de manera distinta a estos tipos de preguntas en un contexto sugerente. Nuevamente, las críticas se centran en los estímulos empleados, que no se parecen a las situaciones ocurridas en la vida real.

Geiselman y Padilla (1988): la entrevista cognitiva produjo un 21% más de "fragmentos" de información que la entrevista estándar. El número de falseamientos no fue significativamente diferente entre ambas entrevistas, pero en ambas condiciones estaban relacionados con la edad del niño. Este estudio concluye que hay que diseñar una entrevista cognitiva para niños, especialmente para los menores de siete años. Esta conclusión has sido apoyada por diversos estudios que han encontrado resultados mixtos entre niños menores de siete años.

Resumiendo, parece que, en el caso de testigos adultos hay consenso en cuanto a la superioridad de la entrevista cognitiva para incrementar el recuerdo, especialmente en situaciones de sugestibilidad. Sin embargo, se ha criticado que los métodos empleados en el laboratorio no se pueden generalizar a los resultados de la vida real. También ha quedado claro que es necesario adaptar la entrevista cognitiva entrevista para su empleo con niños menores de siete años. Estas mismas salvedades hay que tenerlas en cuenta en relación a personas mayores y personas con discapacidad. De esta manea, más que de una única entrevista cognitiva podríamos estar hablando de varias entrevistas cognitivas adaptadas a la edad del testigo y, tal vez, al tipo de delito.

Conclusiones

En el desarrollo de esta interesante herramienta han surgido una serie de preguntas que requieren investigación adicional:

Generales

Es necesario investigar sobre esta técnica con estudios de campo, lo que puede ayudar a generalizar los resultados a la vida real. También necesitamos saber qué componentes de la entrevista cognitiva son más efectivos y por qué.

Entrevistadores

Es necesario realizar adaptaciones de la entrevista para personas mayores o personas con dificultades de aprendizaje, por ejemplo. La investigación también debe tener en mente adaptaciones de la entrevista dirigidas a sospechosos. También hay que tener en cuenta que el empleo de esta técnica requiere bastante esfuerzo por parte del entrevistador, por lo que quienes no se encuentran motivados no deberían hacer estas entrevistas.

Delitos

La investigación debe valorar el empleo de diferentes tipos de entrevista cognitiva para diferentes delitos. Esto puede ser especialmente pertinente cuando se interroga a víctimas.

Empleo por la policía

La investigación debería centrarse en el empleo "actual" por parte de la policía de este tipo de entrevista y no en el empleo "informado." También habría que incluir en la investigación los objetivos planteados por los policías. La investigación debe tener en cuenta las presiones sobre el entrevistador o las limitaciones de tiempo. Ello puede llevar al desarrollo de una forma abreviada de la entrevista cognitiva.

LA ENTREVISTA COGNITIVA: DESDE SUS ORÍGENES TEÓRICOS HASTA SU APLICACIÓN POLICIAL I



Introducción: la entrevista policial

¿Por qué son importantes las entrevistas policiales?

La entrevista policial se emplea para obtener información de sospechosos, víctimas y testigos. Los testigos juegan un papel central en el sistema judicial. La información proporcionada por los testigos suele ser el alma de una investigación criminal. El resultado de muchos juicios depende del testimonio de los testigos.
Los objetivos de la entrevista policial suelen ser: 1) descubrir si se ha cometido un delito y, si es así, qué delito; 2) si se ha cometido un delito encontrar evidencias que identifiquen a los sujetos responsables; 3) generar evidencias que impidan que un criminal culpable emplee una defensa inapropiada, y 4) determinar si los testigos están diciendo la verdad.

La entrevista policial estándar

La mayor parte de los policías no han recibido adiestramiento específico para realizar entrevistas. La mayor parte de la experiencia en este campo suelen adquirirla en el trabajo diario.
Aunque la investigación reciente ha mostrado un cierto grado de consistencia en la manera en que la policía entrevista a los testigos, también se han identificado una serie de debilidades en la entrevista policial estándar. Que son:

Interrumpir las respuestas del testigo

Esto rompe la concentración del testigo cuando intentan recuperar información y puede condicionar al testigo a proporcionar respuestas más cortas porque esperan que les interrumpan.

Formato pregunta-respuesta

Las preguntas cerradas generan un recuerdo de menor concentración, la entrevista está dirigida por el entrevistador y sólo se proporciona la información que se pide.

Secuencia de preguntas inadecuada

Muchas de las preguntas realizadas por el entrevistador se hacen en orden arbitrario. Ello puede afectar negativamente los esfuerzos de recuerdo del testigo que tiene que ir cambiando sus esfuerzos de recuerdo de un área a otra. Problemas similares ocurren cuando se entremezclan preguntas generales con preguntas específicas. Estos cambios afectan a la ejecución del testigo.

Otros problemas que pueden ocurrir en las entrevistas incluyen: el enunciado negativo de las frases, preguntas engañosas, lenguaje inapropiado, realizar juicios de valor, etc.


La Entrevista Cognitiva

Orígenes teóricos

Geiselman and Fisher (1984) desarrollaron, desde la psicología cognitiva, lo que denominaron entrevista cognitiva, que consta de 4 estrategias mnemónicas para la mejora del recuerdo:

Reinstauración mental

Se pide al sujeto que se imagine de vuelta al lugar de los hechos, tratando de recordar cómo se sentía, qué estaba haciendo antes, por qué estaba allí, etc. El objetivo central es ir superponiendo capas de información para facilitar el recuerdo.

Recuerdo libre

Al informar de detalles aparentemente sin importancia, el sujeto puede completar el cuadro, incrementando así la superposición de características o de informar de algo directamente pertinente al suceso y que antes pensaba que era irrelevante.

Cambio de perspectiva

Se pide al sujeto que informe de un suceso como si lo estuviera viendo desde la perspectiva de otra persona. Esto ofrece diferentes caminos de recuperación: puede proporcionar información no identificada previamente desde una perspectiva unitaria y estática.

Recuerdo desde otros puntos de partida.

Se pretende que el individuo narre los hechos desde un orden diferente a como se desarrollaron (v. gr., desde el final al principio, desde el medio, hacia atrás) con el objetivo de recuperar pequeños detalles que puedan haberse perdido al hacer una narración de los hechos siguiendo la secuencia temporal que éstos tuvieron.