jueves, 1 de marzo de 2012

BURNOUT POLICIAL - MANDOS QUE QUEMAN A SUS SUBORDINADOS


Hace unos días recibí un mail de un policía local. Me transmitía su preocupación y angustia por el estado de ánimo por el que estaba atravesando desde hace bastante tiempo. El resumen, lo definía como un estado de apatía generalizada, desinterés progresivo por el trabajo policial, la certeza de que las cosas no van a cambiar a mejor, ansiedad, problemas de sueño, etc. Cada vez son más los
comentarios que recibo en el blog en este sentido.
Este último mail en concreto hablaba de un ambiente de trabajo muy poco motivador, auspiciado por un mando carente de las habilidades necesarias para cumplir con sus funciones, sobrado de mala leche y con un estilo de liderazgo basado en el autoritarismo. El líder dotado de estas características puede poseer la dudosa habilidad de cargarse el trabajo de toda una comisaría. Por desgracia, este tipo de mandos suelen quedar legitimados por la actuación de sus superiores, que adoptan el papel de mirar hacia otro lado, cuando no defienden claramente este tipo de formas de dirección (probablemente porque son las mismas que emplean en sus respectivos destinos).
Sea como sea, los agentes tienen que tratar de sobrevivir en este tipo deambientes. Algunos buscan aliarse con la figura de autoridad, esperando con ello el beneficio de futuras prevendas. También suelen ser partidarios de este tipo de estilos de dirección, y que pondrán en práctica cuando les llegue la oportunidad. En este grupo se hace realidad el dicho "si quieres conocer a Pepito, dale un carguito." Son peligrosos porque unicamente están peocupados e interesados en sus propias necesidades, pudiendo sacrificar a cualquier compañero o compañera para conseguirlos.
Otras formas de adaptarse a la situación la tenemos en las bajas laborales. Un indicador del estilo de liderazgo en una organización nos la proporciona el número de bajas existentes en esa organización. Otros agentes siguen trabajando, aunque su estado de ánimo está resentido e ir a trabajar cada día se convierte en un verdadero reto. Hay otros agentes que han decidido interiormente que no van a permitir que la situación les supere: consiguen.poner una distancia emocional frente al mando fuente de.conflictos y realizan su trabajo sin matarse demasiado; hacen lo justo y esperan a cobrar a fin de mes. El enfrentamiento directo no suele ser, ni la estratregia más habitual ni la más recomendable, ya que termina quemando a la parte más débil.
Por último - y sin querer ser exahustivo - hay agentes que intentan afrontar la situación de la forma lo más constructiva posible, tratando de fortalecerse en la adversidad.
Si observamos con atención todas estas conductas representan las mismas que empleamos cuando nos enfrentamos a un peligro y que también se encuentran presentes en el reino animal: huida, parálisis, defensa y ataque. Todas son estrategias - aunque con mayor o menor éxifo - para evitar o minimizar el efecto de las situaciones estresantes, y tratando de adaptarse a las circunstancias desfavorables. El mando, el estilo de liderazgo que aplique, se convierte en una de las fuentes más importantes del burnout en el agente que puede emplear un mando para "quemar" a sus subordinados. ¿Qué puede hacer o no hacer el mando para cargarse la motivación
de sus subordinados?
Cuando el mando hace dejación de sus funciones, cargando a sus subordinados con responsabilidades que no les corresponden, cuando por su acción o inacción los roles y posición de los agantes no quedan bien definidos y tienden a la confusión, el mando no está ejerciendo sus funciones correctamente, provocando en sus subordinados sentimientos de inadecuación, estrés e insatisfacción. Cuando los subordinados son sancionados sin que exista una norma coherente para ello, estando las sanciones y los premios unicamente sujetos a la discrección del mando, ello fomenta estados de ánimo agresivos, genera incertidumbre y sentimientos de indefensión. Podríamos seguir poniendo numerosos ejemplos de cómo la actitud del mando puede sr causante de serios y graves problemas de funcionamiento en sus correspondientes comisarías. Las consecuencias son evidentes: agentes poco o nada motivados para desempeñar sus funciones,
deprsión, ansiedad, problemas de absentismo, inexistencia del trabajo en equipo y, definitiva, una merma importante en la calidad del.servicio policial que se presta a los ciudadanos.
Dentrás de muchos casos de policías "quemados" se encuentra la sombra de un mando inadecuado.