domingo, 28 de noviembre de 2010

SELECCIÓN PROFESIONAL DE POLICÍAS: PERFILES DE RIESGO y II


Agentes cuyas experiencias previas relacionadas con el trabajo les coloca en situación de riesgo.

Situaciones traumáticas, como haber tenido que emplear el arma de fuego de forma justificada, coloca a estos agentes en riesgo de que hagan uso abusivo de la fuerza, pero por razones totalmente diferentes a las del grupo anterior. Estos agentes no son poco sociables, egocéntricos o violentos. De hecho, los factores de personalidad parecen tener menos que ver con su vulnerabilidad al empleo excesivo de la fuerza que al bagaje emocional que han acumulado a consecuencia de su implicación en incidentes previos. Estos policías están al límite del burnout, y han terminado aislándose de sus compañeros.
Al intentar ocultar sus síntomas suele pasar algún tiempo hasta que sus problemas llaman la atención de los demás. Cuando ocurre esto, la situación típica suele ser un incidente en el que el agente ha hecho un uso excesivo de la fuerza y ha perdido el control.
A diferencia del grupo anterior, estos agentes pueden beneficiarse de las técnicas de debriefing, pero para que sea más efectiva habría que aplicarla poco después de la ocurrencia del incidente traumático. Los estudios aconsejan la técnica del debriefing con un seguimiento para minimizar el desarrollo de los síntomas.


Agentes que tienen problemas al inicio de su carrera policial.

En este grupo se encontrarían los agentes jóvenes e inexpertos, a los que se tacha de novatos e inmaduros. En contraste con otros agentes más experimentados, los sujetos de este grupo se caracterizan por ser altamente impresionables e impulsivos, con una baja tolerancia a la frustración. Sin embargo, también aportan atributos positivos a su trabajo y pueden llegar a pulir estas tendencias. Desafortunadamente, las cualidades positivas pueden deteriorarse pronto en sus carreras si sus superiores y mandos no les porveen de un amplio abanico de respuestas para su trabajo en la calle.
Ya que estos agentes sin experiencia están muy influidos por la subcultura policial, es más probable que modifiquen sus comportamientos si sus instructores les enseñan a mantener una conducta profesional en su trato con los ciudadanos. Estos agentes tienen tendencia a absorber rápidamente las “normas” policiales imperantes. Si estas normas están basadas en la violencia, es muy probable que se les refuerce cuando hacen un uso excesivo de la fuerza.


Agentes que desarrollan un estilo no apropiado de patrulla.

Los sujetos que encajan en este perfil muestran una combinación de presencia dominante y de mando con un estilo policial de mano dura. Son especialmente sensibles ante los desafíos y la provocación. Emplean la fuerza para mostrar quién está al mando y, a medida que sus ideas sobre lo que supone el trabajo policial se van volviendo más rígidas, este comportamiento se convierte en la norma. Sus pensamientos son rígidos y sus ideales se centran en su “autoridad”.
En contraste con el grupo de riesgo crónico, la conducta del agente en este grupo se adquiere en el trabajo. Puede modificarse. Cuanto más tiempo perduran los patrones inadecuados, más difícil resulta el cambio. A medida que el agente se impregna del poder y control policiales, ven menos razones para cambiar. A este grupo se le suele etiquetar como “dinosaurios”, por su fuerte contraste con un entorno policial en continuo cambio e implicado de forma más intensa con el ciudadano y la comunidad. Estos agentes deberían recibir un entrenamiento sobre la ética policial al inicio de su actividad profesional, ya que, en caso contrario, la probabilidad de cambio es mucho menor, resultando así mayor la probabilidad de empleo excesivo de la fuerza. Hacer que estos agentes sean parte de la solución y no del problema es la mejor forma de modificar su comportamiento.


Agentes con problemas personales.

Este último grupo está compuesto por los policías que han experimentado serios problemas personales, como separación, divorcio o la percepción de pérdida de estatus que puede desestabilizar su trabajo. Estos agentes suelen mostrar un débil sentimiento de valía personal y mayores niveles de ansiedad que suelen tratar de disimular. Algunos pueden haber funcionado razonablemente bien hasta que se producen los cambios en su situación personal. Estos cambios minan su confianza y hacen que les resulte más difícil enfrentarse al miedo, la animadversión y la carga emocional propia de las intervenciones policiales.
Antes de emplear un uso abusivo de la fuerza, estos agentes suelen mostrar un comportamiento errático que puede avisar de una posible pérdida de control ante una situación de confrontación. Este grupo suele ser el más frecuente en atención psicológica por problemas con el uso excesivo de la fuerza. La frecuencia tan alta de este grupo de agentes debería animar a los departamentos de policía a establecer un sistema de detección de signos de alarma para prevenir la ocurrencia de este tipo de conductas. Estos agentes pueden beneficiarse de un intervención psicológica temprana.

domingo, 21 de noviembre de 2010

SELECCIÓN PROFESIONAL DE POLICÍAS: PERFILES DE RIESGO I



La selección profesional de policías es una tarea delicada. Una buena selección puede prevenir la ocurrencia de buena parte de conflictos del agente con los ciudadanos y la comunidad. ¿Cuáles son los perfiles de riesgo a evitar en el trabajo policial? A lo largo de una serie de artículos iremos describiendo 5 perfiles problemáticos.

Agentes con trastornos de la personalidad que los colocan en riesgo crónico.

Estos agentes tienen rasgos persistentes y duraderos de personalidad que se manifiestan en tendencias antisociales, narcisistas, paranoides y de abuso. Estas tendencias interfieren en el juicio y la interacción con otros, especialmente cuando el agente percibe desafíos o amenazas a su autoridad. La conducta antisocial es consistente con los sujetos con tendencia a violar los derechos de las demás, al engaño y la impulsividad.
La conducta narcisista se caracteriza por un patrón continuado de grandiosidad o fantasía, un sentimiento de tener derecho a un trato preferente y la necesidad de ser admirado. Tanto el trastorno de la personalidad antisocial como el narcisista comparten la tendencia a ser prepotentes, bravucones, superficiales y carentes de empatía. No les importan lo sentimientos de los demás. El número de agentes de policía que cumplen con este perfil es el más bajo de todos los grupos de riesgo
Estas características de personalidad suelen persistir a lo largo de la vida, pero pueden intensificarse tras tener un altercado con otra persona. Debido a que éstas son unas personalidades muy manipuladoras, puede que estos rasgos no sean evidentes en los procesos de selección durante la academia. Los policías que muestran estos trastornos de personalidad no aprenden de la experiencia ni aceptan la responsabilidad de sus acciones.
Estos agentes suelen encontrarse en una posición de alto riesgo debido a las quejas continuas de los ciudadanos. También, aunque pueda parecer que muestran valor ante una situación difícil, ellos mismos, con su comportamiento, aumentan la peligrosidad de la situación como una excusa para emplear la fuerza, incluso llegando a utilizar el arma de fuego con resultado de muerte. Si estos agentes tienen responsabilidades de mando la probabilidad de controlarlos es mucho menor.

lunes, 8 de noviembre de 2010

EL ACOSO LABORAL EN LA POLICÍA LOCAL



El acoso laboral es una de nuestras lacras sociales más extendidas, generando mucho sufrimiento a millones de trabajadores y trabajadoras en todos los colectivos y en cualquier puesto organizativo. La Policía Local no es ajena a esta situación, guardando en su seno numerosos casos de mobbing. Los datos que os presento a continuación corresponden a un estudio realizado por el Sindicato Independiente de la Policía Local de Asturias (SIPLA) y el Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo en 2006. El estudio se basó en la información proporcionada por una muestra de la Policía Local de Asturias. Seguramente, los datos obtenidos pueden generalizarse a las Policías Locales del resto de España.
En este artículo os ofrecemos los datos más significativos:


- El 57,9% de los policías encuestados opinan que se ignoran las vulneraciones de las normas y valores del cuerpo de policía.
- El 67,83% refieren que no se valora su trabajo y no se les pide opinión.
- El 29,8% de los policías opinan que el estilo de mando que impera en la policía es el autoritario, seguido del 37,4% de los que opinan que el estilo de mando que predomina es el pasivo.
- El 66,4% opina que en el colectivo policial hay discriminación.
- El 57% de los encuestados afirman haber sido víctimas de acoso laboral.

¿Cómo se expresa este acoso? Los agentes responden así:
- Intentan desmotivarme continuamente (17,3%).
- Me modifican tareas sin avisarme (20%).
- Me privan de información y medios (26,1%)
- Critican mis opiniones y actuaciones (23,5%)
- Estoy limitado para trabajar con seguridad (18%).
- Me asignan tareas inferiores a mi competencia (29,5%).
- Evalúan sesgadamente mi trabajo (30%).
- Me interrumpen constantemente al hablar (18,1%).
- Restringen mis comunicaciones (19,5%)

- El tipo de acoso más frecuente es el Descendente (81,1%), seguido por el horizontal (16,34%). El acoso laboral Ascendente es mucho menos frecuente (2,56%).
- Los daños que el policía opina que le genera el acoso laboral son variados, pero el más puntuado es el daño psicológico (43,4%), seguido del físico (13,2%).
- Al 15,3% de los agentes se les ha diagnosticado alguna vez padecer mobbing.



Los resultados de este estudio muestran que las manifestaciones del acoso laboral más frecuentes se encuentran relacionadas con:

La organización y planificación del trabajo:
- Asignación inadecuada de tareas, funciones y responsabilidades.
- Control férreo sobre el trabajo.
- Cambios inesperados en las tareas.
Reconocimientos, premios y recompensas:
- Valoración sesgada del esfuerzo.
- Desmotivación.
Transmisión de la información y canales de comunicación:
- Interrupciones.
- Limitaciones para comunicarse.
- Dificultades para acceder a la comunicación.
Sistemas de promoción y desarrollo profesional:
- Trabas a ascensos.
- Impedimentos para adoptar medidas de seguridad.

Los compañeros del SIPLA de Asturias nos han transmitido estas y otras informaciones de interés sobre aspectos relacionados con el trabajo del policía local. No cabe duda de que el acoso laboral tiene consecuencias graves sobre el bienestar, la salud y la calidad de vida del agente, lo que repercute también en el trabajo directo hacia la ciudadanía.
En posteriores artículos iremos dando cuenta de otros temas relacionados con la salud física y psicológica del policía.

jueves, 4 de noviembre de 2010

CURSO INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERSONAS CON TRASTORNOS SEVEROS DEL COMPORTAMIENTO



YA ESTÁ ABIERTO EL PLAZO PARA MATRICULARSE EN EL CURSO DE LA AETD: "INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERSONAS CON TRASTORNOS SEVEROS DEL COMPORTAMIENTO. MÓDULO I". SE LLEVARÁ A CABO EN MENORCA Y ES TOTALMENTE PRESENCIAL Y PRÁCTICO. LAS PLAZAS SON LIMITADAS. TITULACIÓN HOMOLOGADA.

Encontraréis toda la información en http://www.aetd.es/cursos/ActuacionPolicialPersonaTranstornosSeverosComportamientoUSO.html