viernes, 27 de diciembre de 2013

EL TRABAJADOR Y EL MANDO NARCISISTA

Cuando halamos de un trabajador/mando tóxico con estas características, lo podemos situar en dos grandes grupos. En su versión más suave hablaremos de una persona con rasgos de personalidad narcisista. En el extremo de la línea nos encontraremos al Trastorno de la Personalidad de tipo Narcisista, un sujeto que ha convertido su narcisismo en una auténtica patología y que no se detendrá ante nada con tal de satisfacer sus necesidades de reconocimiento y aprobación.
Como clásico Trastorno de la Personalidad (TP), el narcisista patológico es un individuo carente de empatía, incapaz de ponerse en el lugar de los demás. es precisamente esta característica la que le permite hacer daño a los demás sin experimentar ningún tipo de remordimiento o sentimiento de culpabilidad.
Al tiempo que faltos de estas emociones, también saben cómo disimular sus verdaderas motivaciones. Es por ello que nos pueden parecer personas encantadoras al principio, aunque la realidad de tan agradable comportamiento sea únicamente manipularnos para conseguir lo que quieren.
Otra característica inequívoca como TP es que el narcisista no se equivoca nunca (o eso es lo que él piensa), y, en caso de hacerlo será incapaz de reconocer el error, echando las culpas a otros o a las circunstancias.
Lógicamente, y según la intensidad del narcisismo que presente el trabajador o el mando, su comportamiento será más o menos “agresivo” para alcanzar sus fines. Pero no nos tenemos que engañar. La esencia del narcisista es satisfacer su ego, y nosotros sólo somos un medio para alcanzar esta satisfacción. Los problemas – y la verdadera cara del narcisista – los encontraremos si nos convertimos en un obstáculo en su camino. No dudarán en aprovecharse de nuestro trabajo, de hablar mal de nosotros o de fomentar todo tipo de rumores para despejar el camino.
No pueden trabajar en equipo pues son incapaces de compartir los éxitos. Necesitados como están de reconocimiento continuo, viven muy mal las críticas o que no se les tenga en cuenta, pudiendo – en casos extremos -, responder con agresividad y violencia.
El narcisista nunca será un buen compañero de trabajo. Patológicamente individualistas, luchan por alcanzar cotas de poder y pueden no tener ningún reparo en quejarse públicamente de lo poco que se tiene en cuenta su potencial.
Como jefe no estimula el trabajo en equipo ni la motivación de las personas bajo su mando, ya que se apropia de sus logros sin mostrar remordimiento alguno (cree firmemente, en el caso del mando, que sus subordinados trabajan para él, no para la empresa). Este comportamiento tiene un efecto devastador en la motivación del personal. El mando narcisista suele rodearse de “adeptos”, más que de trabajadores. Son personas de su confianza que básicamente le dicen lo que quiere oír o que anhelan su puesto. Funcionan como los cortesanos en la corte del monarca.
Al narcisista no le importa nadie más que él/ella, y no resultará extraño que terminemos frustrándonos con una relación así, esperando una reciprocidad que al final no llega.
Estas personas pueden hacer bien su trabajo, incluso ser brillantes. Su capacidad unida a la habilidad para la manipulación les sirve de plataforma para escalar puestos en la carrera policial..

martes, 10 de septiembre de 2013

CURSO UNED: ESTRATEGIAS Y HABILIDADES PARA EL MANDO


 
UNED

C/Francisco. De Rojas, 2, 2º Dcha  – 28010  Madrid – España (SPAIN)
Tel. + 34 91 386 72 75   Fax + 34 91.386.72.79

CURSO UNIVERSITARIO


 

 

ESTRATEGIAS Y HABILIDADES PARA EL MANDO

 

         
          Directora; María Paz Pous De La Flor,  Profesora Dra. Derecho de la UNED.
            Docente; Pérez Pacho, José Fernando (Licenciado en Psicología)
            Lugar de celebración: Metodología propia de la Universidad Nacional de
            Educación a Distancia (UNED), es decir, sin exigir la presencia del alumno
            en las clases, y con un servicio tutorial personalizado.
            Fecha de realización: Del 1 de diciembre de 2013 al 2 de mayo de 2014
            Duración total: 250 horas ( 10 créditos ECTS)
            Importe matricula: 320€
            Para más información visitar: www.addpol.org
 
                                        Periodo de matriculación:
         Del 16 de septiembre al 13 de noviembre de 2013.
          
               Web UNED:  http://formacionpermanente.uned.es/tp_actividad/idactividad/7204              
               Web ADDPOL  http://www.addpol.org 


viernes, 28 de junio de 2013

REVISANDO EL FUNCIONAMIENTO DEL PERMISO DE CONDUCIR POR PUNTOS


Espero que os resulte interesante este artículo sobre cómo está funcionando el Permiso de Conducir por Puntos.
Jesús cabezos es Psicólogo Clínico especializado en Psicología de Tráfico y la Seguridad. 
 ¿Vamos bien encaminados?

http://www.infocop.es/view_article.asp?id=4609&cat=55

sábado, 23 de febrero de 2013

ESTRÉS POLICIAL Y SUICIDIO


Acabo de leer un artículo relativamente reciente que afirma que los suicidios de policías locales en Madrid ha aumentado desde 2011. Otra noticia - esta vez desde Colombia - señala que la policía allí registra, como promedio, un suicidio por semana. Hay muchas noticias parecidas a estas en los medios impresos. En algunos casos se ha intentado la prevención identificando los factores de riesgo y las señales tempranas de aviso de futuros problemas.
Sin tener que viajar demasiado lejos, nos encontraremos con un viejo conocido como uno de los factores precipitantes del suicido: el estrés. El trabajo policial es uno de los que más estrés producen. Una buena parte de este estrés se explica por el hecho de tener que controlarse frente a sujetos que, por sus actos, merecen otro tipo de trato. El policía NO PUEDE actuar según lo que "le pide el cuerpo", y esto requiere unos elevados grados de autocontrol.
El trabajo policial, por su naturaleza, exige altos niveles de autocontrol. Mucho autocontrol. Y andar controlándose continuamente genera buenas cantidades de estrés.
La progresiva profesionalización de la policía, el mayor control social de sus actuaciones, ha generado una mayor presión social sobre las intervenciones policiales. El policía debe pensárselo varias veces antes de sacar su arma o aplicar la fuerza sobre un ciudadano. En ocasiones, esta vacilación puede costarle la vida al agente. De cualquier forma, el policía que sale a la calle sabe que hay muchos ojos pendientes de lo que hace y de cómo lo hace. No es extraño entonces que el estrés haya aumentado en los cuerpos policiales. Por contra, poco se está haciendo para reconocer y abordar este estrés desde las Administraciones.
Si echamos un vistazo a la investigación sobre el estrés en los cuerpos policiales, los factores desencadenantes más importantes son:
       ·        Matar a alguien en acto de servicio.
·        Que nuestro/a compañero/a muera en acto de servicio.
·        Falta de apoyo por parte de los mandos/departamento.
·        El trabajo a turnos y los inconvenientes que genera a nivel familiar y los hábitos cotidianos.
·        Tener que lidiar con la incomprensión de los medios y la sociedad en general.
Curiosamente, el miedo al daño físico puntúa muy bajo en la lista de estresores. El peor de los efectos que tiene el estrés entre los policías es el suicidio. Cada vez son más los casos de agentes de policía que deciden acabar con su vida. ¿Podemos hacer algo para limitar esta curva ascendente de muertes innecesarias? Desde luego que sí. Hay cuatro factores que suelen acompañar al suicidio policial, y son: divorcio, elevado consumo de alcohol, depresión y no  contar con ayuda profesional.
Estos problemas no se atajan con cursos sobre el estrés. El manejo del estrés en el trabajo policial debería formar parte de la preparación básica del agente de policía. El manejo de las emociones en entornos tan desfavorables, como lo suele ser el trabajo policial, requiere de entrenamiento específico y continuado. Un curso de "x" horas sólo te proporciona - en el mejor de los casos - una preparación básica que luego requiere de desarrollo y práctica. Precisamente, muchos policías se encuentran con que estos cursos de estrés policial resultan después de difícil aplicación práctica, y no porque la formación en sí no sea buena, sino porque a) no se aplica a la propia especificidad del trabajo policial y/o b) no se ha realizado posteriormente un adecuado seguimiento para trabajar e interiorizar adecuadamente las técnicas aprendidas.
 El estrés es también uno de los causantes directos de los problemas de actitud que puede mostrar el policía en su trabajo. Diversos estudios han demostrado que las diferentes situaciones a las que debe enfrentarse el agente en su actividad cotidiana, unido al poco margen de actuación que pueden tener según sea el caso, pueden alimentar actitudes de cinismo (disposición a no creer en la sinceridad o bondad humana, ni en sus motivaciones y acciones, así como una tendencia a expresar esta actitud mediante la burla y el sarcasmo). Este tipo de actitudes erosionan la motivación, con un efecto directo sobre la calidad del trabajo policial y la satisfacción que el agente experimenta llevándolo a cabo.
 Aunque es un tema muy manido y hablado hasta la saciedad, la realidad es que se han realizado pocas actuaciones reseñables para abordar en profundidad el estrés policial. La formación puntual no es suficiente. Hay que profundizar en las raíces, en las causas específicas propias del estrés policial para poder proponer intervenciones eficaces. Pero no sólo eso. El conocimiento de estas causas (y ya disponemos de mucha información al respecto) pueden variar dependiendo del entorno en el que realiza el agente su trabajo. Es decir, que los estresores potenciales variarán de un lugar a otro, de una comisaría a otra. Lógicamente hay muchos estresores policiales que se solapan, pero debemos conocer bien las características específicas del lugar en el que vamos a intervenir para enseñar a los agentes a controlar el estrés que le genera, tanto su trabajo en la calle, como en la comisaría.