El policía se encuentra frecuentemente en su trabajo diario con mujeres víctimas de abuso verbal. Cuando el policía se entrevista con estas mujeres puede tener dificultades para reconocer el abuso psicológico, ya que la negativa de la propia mujer a reconocerlo es frecuente. A continuación se detallas algunas características a tener en cuenta durante la entrevista con la mujer maltratada o que sospechamos sea objeto de maltrato psicológico.
Recordemos que los sentimientos que encontraremos en estas situaciones son muchos y contradictorios: por un lado, la mujer es consciente del maltrato al que es sometida y quiere acabar con él, quiere hablar sinceramente con el policía. Por otro, sentimientos de culpabilidad y dependencia pueden hacer que la mujer disculpe el comportamiento de su pareja, incluso que se autorresponsabilice de lo que ocurre.
Responsabilidad e incapacidad. La víctima se siente culpable de los problemas existentes en la relación y de la agresividad mostrada por sus parejas. La mujer se siente responsable de la situación que padece y hace todo lo posible para tratar de comprender el comportamiento del abusador. Cuando no consiguen comprender este comportamiento de su pareja, el por qué se comporta así, entonces comienza a experimentar sentimientos de impotencia.
Determinación y frustración. As víctimas siempre intentan comportarse de la manera más complaciente con el abusador para evitarse problemas y, también, con el objetivo de que la relación mejore. Han aprendido que cuando expresan lo que realmente piensan o sienten, el maltratador las anula y experimentan frustración. Esta frustración no se transmite mediante la ira, sino que todavía redoblan los esfuerzos de la mujer por comprender y ser comprendida.
Responsabilidad e incapacidad. Las víctimas suelen sentirse responsables del funcionamiento de la relación y de la ira de su pareja. Los sentimientos de responsabilidad se alternan con los de incapacidad cuando la víctima no puede lograr que el maltratador cambie su actitud o le comprenda, o bien cuando ella no puede comprenderlo a él o lo que realmente quiere.
Determinación y frustración. Las víctimas intentan expresarse de la mejor manera posible para evitar conflictos, pero cuando manifiestan lo que realmente quieren o piensan el abusador las anula. Todo ello genera frustración.
Afecto y rechazo. La mujer no puede compartir ni expresar sus alegrías y placeres, puesto que él puede enojarse cuando ella piensa que debería sentirse complacido. Una sensación que experimentan frecuentemente las víctimas es la de haber dicho o hecho algo que fue mal. La indiferencia, la crítica y el desprecio del maltratador, son vistos como un rechazo, como si la pareja no cumpliera con las expectativas de él. La mujer deja de tener valor. El rechazo intermitente crea confusión.
Esperanza y decepción. Las víctimas tienen la esperanza de un cambio, de que la relación mejorará con el tiempo. Piensan que será difícil, pero que al final llegarán a acuerdos consensuados y serán felices. Confían en que el maltratador se terminará dando cuenta de que hace daño, de que hiere … y dejará de hacerlo, puesto que dice que la quiere. Al alentar las esperanza de la víctima, ésta sufre continuas decepciones.
Felicidad y tristeza. La pareja se siente feliz cuando el abusador parece comprenderla y escucharla. Pero cuando la víctima se da cuenta de que él no la ha entendido, le grita, la acusa o la desmerece, entonces le invade un sentimiento de tristeza.
Seguridad y miedo. Al inicio se cree en un posible cambio, pero cuando la mujer se da cuenta de que éste va a ser imposible, ya que el abuso se intensifica, entonces la víctima empieza a temer al abusador. Llega a temer el enfado y la impredecibilidad. Al mismo tiempo, tiene miedo a perder el amor del maltratador y la seguridad que creía tener en la relación.
Serenidad y sorpresa. La pareja de un abusador verbal se siente sorprendida cuando éste le grita, la desmerece, la ridiculiza o se enfada súbitamente. Lo inesperado del abuso verbal parece aislar cada incidente en la mente de la víctima, como si no tuviera relación con otros episodios anteriores. Cada situación parece tener una causa diferente y la mujer suele recuperar la serenidad entre un incidente y otro.
Confusión. La víctima es incapaz de observar con claridad la situación real que está viviendo, debido a su baja autoestima.
No es tarea fácil reconocer el abuso verbal o psicológico. La manera en que se produce puede generar en el policía más dudas que respuestas. Ya decimos que la actitud de negación de la víctima dificulta la investigación y nos devuelve al punto de partida. Pero conocer estas características noz puede ayudar a comprender mejor en qué fase se encuentra la mujer maltratada psicológicamente y actuar en consecuencia.
Recordemos que los sentimientos que encontraremos en estas situaciones son muchos y contradictorios: por un lado, la mujer es consciente del maltrato al que es sometida y quiere acabar con él, quiere hablar sinceramente con el policía. Por otro, sentimientos de culpabilidad y dependencia pueden hacer que la mujer disculpe el comportamiento de su pareja, incluso que se autorresponsabilice de lo que ocurre.
Responsabilidad e incapacidad. La víctima se siente culpable de los problemas existentes en la relación y de la agresividad mostrada por sus parejas. La mujer se siente responsable de la situación que padece y hace todo lo posible para tratar de comprender el comportamiento del abusador. Cuando no consiguen comprender este comportamiento de su pareja, el por qué se comporta así, entonces comienza a experimentar sentimientos de impotencia.
Determinación y frustración. As víctimas siempre intentan comportarse de la manera más complaciente con el abusador para evitarse problemas y, también, con el objetivo de que la relación mejore. Han aprendido que cuando expresan lo que realmente piensan o sienten, el maltratador las anula y experimentan frustración. Esta frustración no se transmite mediante la ira, sino que todavía redoblan los esfuerzos de la mujer por comprender y ser comprendida.
Responsabilidad e incapacidad. Las víctimas suelen sentirse responsables del funcionamiento de la relación y de la ira de su pareja. Los sentimientos de responsabilidad se alternan con los de incapacidad cuando la víctima no puede lograr que el maltratador cambie su actitud o le comprenda, o bien cuando ella no puede comprenderlo a él o lo que realmente quiere.
Determinación y frustración. Las víctimas intentan expresarse de la mejor manera posible para evitar conflictos, pero cuando manifiestan lo que realmente quieren o piensan el abusador las anula. Todo ello genera frustración.
Afecto y rechazo. La mujer no puede compartir ni expresar sus alegrías y placeres, puesto que él puede enojarse cuando ella piensa que debería sentirse complacido. Una sensación que experimentan frecuentemente las víctimas es la de haber dicho o hecho algo que fue mal. La indiferencia, la crítica y el desprecio del maltratador, son vistos como un rechazo, como si la pareja no cumpliera con las expectativas de él. La mujer deja de tener valor. El rechazo intermitente crea confusión.
Esperanza y decepción. Las víctimas tienen la esperanza de un cambio, de que la relación mejorará con el tiempo. Piensan que será difícil, pero que al final llegarán a acuerdos consensuados y serán felices. Confían en que el maltratador se terminará dando cuenta de que hace daño, de que hiere … y dejará de hacerlo, puesto que dice que la quiere. Al alentar las esperanza de la víctima, ésta sufre continuas decepciones.
Felicidad y tristeza. La pareja se siente feliz cuando el abusador parece comprenderla y escucharla. Pero cuando la víctima se da cuenta de que él no la ha entendido, le grita, la acusa o la desmerece, entonces le invade un sentimiento de tristeza.
Seguridad y miedo. Al inicio se cree en un posible cambio, pero cuando la mujer se da cuenta de que éste va a ser imposible, ya que el abuso se intensifica, entonces la víctima empieza a temer al abusador. Llega a temer el enfado y la impredecibilidad. Al mismo tiempo, tiene miedo a perder el amor del maltratador y la seguridad que creía tener en la relación.
Serenidad y sorpresa. La pareja de un abusador verbal se siente sorprendida cuando éste le grita, la desmerece, la ridiculiza o se enfada súbitamente. Lo inesperado del abuso verbal parece aislar cada incidente en la mente de la víctima, como si no tuviera relación con otros episodios anteriores. Cada situación parece tener una causa diferente y la mujer suele recuperar la serenidad entre un incidente y otro.
Confusión. La víctima es incapaz de observar con claridad la situación real que está viviendo, debido a su baja autoestima.
No es tarea fácil reconocer el abuso verbal o psicológico. La manera en que se produce puede generar en el policía más dudas que respuestas. Ya decimos que la actitud de negación de la víctima dificulta la investigación y nos devuelve al punto de partida. Pero conocer estas características noz puede ayudar a comprender mejor en qué fase se encuentra la mujer maltratada psicológicamente y actuar en consecuencia.
5 comentarios:
Hace siete meses deje una relacion en la que mi pareja me maltrataba psicologicamente, he tardado siete meses en reconocer lo que me estaba pasando, gracias por tu sintesis, me ha ayudado a conocerlo mejor
hola!
le mandé un email, soy una estudiante de psicología interesada en el ámbito policial.
Muchas gracias por esta maravillosa síntesis
Apreciada Ira
No encuentro el primer mail que me enviaste. Por favor, escríbeme a pocopsicologo@gmail.com
Gracias
Fernando
Querida Chica del antifaz
He buceado en tu blog y me ha gustado. Muy íntimo y personal.
Gracias
Un abrazo
Fernando
okissssssssssssssssssssssss
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