jueves, 16 de febrero de 2012

LA VOCACIÓN POLICIAL: CLAVE DEL ÉXITO... ¿O DEL FRACASO?




“Mi padre siempre me decía: encuentra un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar un solo día de tu vida”. Cuando el actor británico James Fox pronunció esta frase es más que probable que ya fuera conocedor de que había acertado al dedicarse a la interpretación.
El diccionario de la Real Academia define la vocación como la inclinación a una profesión o carrera. El maestro, el sacerdote, el militar, el policía… Tradicionalmente siempre se ha hablado de ciertas profesiones como vocacionales. En el caso de la ocupación policial, por ejemplo, no es raro que hayamos escuchado –o incluso dicho– en alguna ocasión aquello de “Yo, de mayor, quiero ser policía”.

Las ventajas psicológicas de dedicarse a la profesión que siempre se ha deseado son más que evidentes, ya que la satisfacción laboral está vinculada, en gran medida, a la realización de aquello que más nos complace. Sin embargo, esa satisfacción profesional derivada de hacer lo que realmente nos gusta hacer puede verse quebrada por ciertos aspectos inherentes al propio trabajo o a la organización en la que el mismo se desarrolla.
En el caso de los agentes de policía que eligieron su profesión por vocación, la fuerte implicación y compromiso que a menudo muestran con su trabajo puede conducirlos a situaciones más o menos habituales de desilusión, al verse incapaces de resolver todas las situaciones que su complicada ocupación les demanda. La difícil detención de algunos delincuentes, la protección de víctimas especialmente vulnerables o la ayuda a los afectados en grandes catástrofes son algunos ejemplos de ello. Tales circunstancias pueden conducir a los agentes a sentimientos de “no poder ayudar”, una consecuencia que, a su vez, se ha relacionado con el “burnout” o síndrome de estar quemado en el trabajo. Otros factores de estrés relacionados con la organización, como los estilos de mando poco democráticos, la sobrecarga de trabajo o las malas condiciones para su desempeño, también han sido identificados como elementos clave en la aparición del síndrome.
Se estima que un 20% de los agentes de policía podría padecer “burnout”, un fenómeno que a menudo afecta a profesionales que trabajan allá donde se requiere un contacto permanente con los demás y elementos propios de la vocación: entrega, implicación emocional, idealismo… No deja de ser paradójico, injusto y hasta cruel, que quienes más vocación atesoran puedan llegar a ser los más seriamente afectados por el “burnout”, un fenómeno caracterizado por el cansancio emocional (perdida de entusiasmo), la falta de realización personal (pésima evaluación de la propia capacidad profesional) y la despersonalización (actitud negativa y hasta cínica hacia el ciudadano).
La vocación se convierte, de este modo, en un arma de doble filo. Por un lado, puede resultar clave para el éxito profesional del policía, que percibirá la lógica satisfacción por dedicarse a lo que siempre deseó. En el otro extremo, si el agente no dispone de los recursos de afrontamiento necesarios para hacer frente a la complejidad de su tarea y, al mismo tiempo, las condiciones laborales no son las más adecuadas, esa misma vocación podría revelarse como una causa fundamental en la aparición de sentimientos de “no poder ayudar” e, incluso, del síndrome de “burnout”, un escenario, sin duda, a prevenir y a vigilar.
TOMÁS GARCÍA CASTRO, autor del libro “Más Allá del Estrés”

4 comentarios:

Cándido dijo...

Interesante articulo. Nunca habia pensado que la vocacion pudiera llegar a conducir a un escenario tan negativo. Creo que es importante conocer este tipo de perspectivas para poder prevenirlas, tal y como dice el autor. Me he descargado el libro del autor de del post (GRATIS y LEGAL, todavia no me lo puedo creer, GRACIAS) en esta misma pagina. MÁS ALLÁ DEL ESTRÉS, curioso titulo. Tiene una pinta inmejorable. Habra que leerlo. Si es tan bueno como el articulo, lo felicitaré.

Augusto dijo...

Muy buen post. Es cierto que el trabajo en la calle, soportando tantos problemas de tanta gente, acaba por quemarnos a más de uno.

Somos Policias dijo...

Me ha gustado el artículo, pero discrepo en su sentido. Es decir, la vocación creo que en ningún momento puede ser arma de doble filo, simplemente de un filo: la de la ilusión por el trabajo, la entrega y entusiasmo. La vocación tan solo puede aportar positivismo; por el contrario, el negativismo proviene de los buenos ejemplos que nos ha puesto Tomás, esos que consiguen el burnout. Imaginaos un policía que entró al Cuerpo sin vocación, y además, sufre esos factores que "queman" al agente. Acabará igual de quemado que el que entró con vocación, pero nunca ha gozado de las ventajas que tuvo éste... Por lo tanto, no considero la vocación un arma de doble filo.

Francisco López Ruano dijo...

Me ha gustado mucho este artículo, indudablemente la experiencia nos lleva a saber que en los colectivos policiales el factor vocacional es muy importante, si no practicamente imprescindible para agotar una carrera profesional con éxito. Lo contrario dará lugar a frustraciones, insatisfacciones, y a la larga incluso problemas psicológicos que nos llevan a un caos en lo profesional y que repercute siempre en lo personal.

Un policía debe tener una amplia dosis vocacional, no es fácil enfrentarse día a día a problemas que son imprevistos, y de lso cuales nunca sabes cual va a a ser el próximo, y lo que te depara el día a día en la calle, por eso debe gustarte esta profesión, y por eso debes vivirlo.

Las frustraciones entre jóvenes que acceden a este oficio pensando en un trabajo y un sueldo, sin gustarle o sin tener vocación, son muchas, luego a la larga se dan cuenta, generalmente ya es tarde, pero se dan cuenta de que deben tener una profesión en la que vivan lo que hacen, eso te motivará a evolucionar, a formarte, a querer mejorar y a ahacerlo cada vez mejor y más profesionalmente, a querer tu trabajo y disfrutarlo si cabe. Como otra aportación en el foro no creo o discrepo de la frustración por no poder realizarte, siempre existen oportunidades para ello.

Pertenezco a un colectivo jóven, en el que me consta que hay una gran dosis vocacional, y siempre, desde donde me corresponde voy a luchar porque así se conserve, porque se conserve ese espíritu, ese empuje de un Cuerpo jóven y preparado, y las ganas y e afán por ofrecer un gran servicio a la sociedad canaria.

Francisco J. López Ruano, Secretario General de la Sección Sindical de CC.OO. en el Cuerpo General de la Policía Canaria. Policía Autonómica de Canarias.