La autora de este estudio, perteneciente al Departamento de Psicología de la Universidad de Barcelona, ha realizado una interesante y completa revisión bibliográfica sobre las consecuencias iniciales del abuso sexual infantil. Los indicadores psicológicos del abuso sexual infantil o consecuencias iniciales, son aquellos efectos que suelen situarse en los dos años siguientes al abuso y que, por tanto, suelen encontrarse presente en la infancia y la adolescencia.
Los diferentes estudios realizados al respecto demuestran que no existe un patrón de síntomas único. Es decir, las víctimas no presentan todas los mismos síntomas sino que pueden mostrar una sintomatología muy variada – incluso la ausencia total de síntomas – que no permite hablar de un síndrome que defina y englobe los problemas emocionales, cognitivos y sociales que se relacionan con la experiencia del abuso sexual.
Según diversos autores, entre un 20 y un 30% de las víctimas de abuso sexual infantil permanecerían estables emocionalmente tras esta experiencia.
El estudio presente ha dejado al descubierto una serie de problemas metodológicos importantes a la hora de hablar de problemas psicológicos asociados al abuso sexual infantil:
- La dificultad para obtener una amplia muestra de víctimas en menores de edad.
- La posible inclusión en los grupos de control de víctimas de abuso que no fueron detectada, lo que afecta a la diferencia entre los grupos.
- La habitual inclusión en los estudios de víctimas que han experimentado múltiples tipos de maltrato, con lo que resulta difícil determinar si los problemas psicológicos asociados son causa del abuso sexual o de otro tipo de maltrato.
- En la evaluación psicológica a corto plazo de las víctimas de abuso sexual la mayoría de los estudios emplean únicamente una fuente de información, que suele ser el cuidador no agresor, con el sesgo que tal método puede producir.
- Destaca también la falta de control de variables que pueden interferir en el estado de las víctimas (como la existencia de problemas familiares) y que puedan ser la verdadera causa de los problemas psicológicos observados.
En definitiva, que una buena parte de los estudios realizados hasta el momento adolecen de lagunas metodológicas que hacen muy difícil responder a la pregunta de cuáles son os problemas psicológicos asociados al abuso sexual y si, efectivamente, éste ha sido la causa de determinados problemas psicológicos en las personas observadas.
En los trabajos publicados en los últimos años, los síntomas más frecuentes encontrados son la ansiedad, la depresión, la baja autoestima, el sentimiento de culpa y la estigmatización.
Son también relevantes los problemas de conducta, especialmente la sexualización del comportamiento del menor, pudiendo ser de gran utilidad como indicador de una situación de abuso sexual.
La autora resalta la importancia de tener en cuenta la función de las denominadas variables mediadoras o moderadoras entre la experiencia del abuso sexual y el desarrollo de problemas psicológicos. Factores como frecuencia y duración del abuso, coerción física, sentimiento de culpa, estrategias de afrontamiento o apoyo social, podría facilitar la aparición de trastornos psicopatológicos. Mientras que la frecuencia o ausencia de otros factores podría minimizar o anular ,los posibles efectos psicopatológicos, proporcionando al individuo capacidad de resistencia.
Los estudios realizados al respecto parecen confirmar que un importante porcentaje de víctimas de abuso sexual infantil no presenta repercusiones psicológicas tras esa experiencia. Autores como Echeburúa sitúan ese porcentaje de resistencia en un 30% de las víctimas a corto plazo y en un 70% a largo plazo.
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Fuente: "Consecuencias Psicológicas Iniciales del Abuso Sexual Infantil", Noemí Pereda Beltrán, Papeles del Psicólogo.
Los diferentes estudios realizados al respecto demuestran que no existe un patrón de síntomas único. Es decir, las víctimas no presentan todas los mismos síntomas sino que pueden mostrar una sintomatología muy variada – incluso la ausencia total de síntomas – que no permite hablar de un síndrome que defina y englobe los problemas emocionales, cognitivos y sociales que se relacionan con la experiencia del abuso sexual.
Según diversos autores, entre un 20 y un 30% de las víctimas de abuso sexual infantil permanecerían estables emocionalmente tras esta experiencia.
El estudio presente ha dejado al descubierto una serie de problemas metodológicos importantes a la hora de hablar de problemas psicológicos asociados al abuso sexual infantil:
- La dificultad para obtener una amplia muestra de víctimas en menores de edad.
- La posible inclusión en los grupos de control de víctimas de abuso que no fueron detectada, lo que afecta a la diferencia entre los grupos.
- La habitual inclusión en los estudios de víctimas que han experimentado múltiples tipos de maltrato, con lo que resulta difícil determinar si los problemas psicológicos asociados son causa del abuso sexual o de otro tipo de maltrato.
- En la evaluación psicológica a corto plazo de las víctimas de abuso sexual la mayoría de los estudios emplean únicamente una fuente de información, que suele ser el cuidador no agresor, con el sesgo que tal método puede producir.
- Destaca también la falta de control de variables que pueden interferir en el estado de las víctimas (como la existencia de problemas familiares) y que puedan ser la verdadera causa de los problemas psicológicos observados.
En definitiva, que una buena parte de los estudios realizados hasta el momento adolecen de lagunas metodológicas que hacen muy difícil responder a la pregunta de cuáles son os problemas psicológicos asociados al abuso sexual y si, efectivamente, éste ha sido la causa de determinados problemas psicológicos en las personas observadas.
En los trabajos publicados en los últimos años, los síntomas más frecuentes encontrados son la ansiedad, la depresión, la baja autoestima, el sentimiento de culpa y la estigmatización.
Son también relevantes los problemas de conducta, especialmente la sexualización del comportamiento del menor, pudiendo ser de gran utilidad como indicador de una situación de abuso sexual.
La autora resalta la importancia de tener en cuenta la función de las denominadas variables mediadoras o moderadoras entre la experiencia del abuso sexual y el desarrollo de problemas psicológicos. Factores como frecuencia y duración del abuso, coerción física, sentimiento de culpa, estrategias de afrontamiento o apoyo social, podría facilitar la aparición de trastornos psicopatológicos. Mientras que la frecuencia o ausencia de otros factores podría minimizar o anular ,los posibles efectos psicopatológicos, proporcionando al individuo capacidad de resistencia.
Los estudios realizados al respecto parecen confirmar que un importante porcentaje de víctimas de abuso sexual infantil no presenta repercusiones psicológicas tras esa experiencia. Autores como Echeburúa sitúan ese porcentaje de resistencia en un 30% de las víctimas a corto plazo y en un 70% a largo plazo.
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Fuente: "Consecuencias Psicológicas Iniciales del Abuso Sexual Infantil", Noemí Pereda Beltrán, Papeles del Psicólogo.
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