domingo, 26 de julio de 2009

VALORACIÓN DE LA PELIGROSIDAD CRIMINAL I



Ha quedado constatado en diversos estudios que una de las fuentes de estrés en el trabajo del policía proviene del funcionamiento del sistema judicial. En líneas generales, hay dos focos de estrés potencial: cuando el policía tiene que prestar testimonio en un juicio y la sensación de que el sistema judicial “no hace su trabajo”; es decir, que el policía detiene al delincuente – proceso a veces muy costoso – para observar después impotente cómo ese mismo delincuente es puesto en libertad. Todo ello se traduce en sentimientos de frustración, desmotivación, etc.
A veces, la experiencia te dice que hay sujetos que no conviene dejar en libertad porque tienen todos los puntos para reincidir. Actualmente, y como complemento a la experiencia, disponemos de indicadores (aunque o en un 100 por 100 fiables) que nos sirven de guía para valorar la peligrosidad criminal. Hacer una buena evaluación de la peligrosidad criminal tiene consecuencias importantes: aplicar la libertad condicional, establecer el tipo de pena, posibilidad de reincidencia, aplicación de medidas de seguridad, etc.
Por desgracia, no siempre se tienen en cu enta estas guías o se aplican de manera inadecuada.
En la segunda parte de este artículo os dejo un resumen de los factores que tradicionalmente se tienen en cuenta a la hora de valorar la peligrosidad criminal, el riesgo de violencia.
A continuación os enumero algunas áreas generales y factores específicos que conviene tener en cuenta al evaluar la peligrosidad criminal y que peroceden de diversos estudios al respecto. Básicamente queremos responder a la pregunta: ¿Qué riesgo hay de que este sujeto vuelva a cometer un crimen/delito? Para elaborar este resumen me he basado en el estudio de valoración de la personalidad criminal llevado a cabo por E. Esbec y O. Fernández (2003)

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