domingo, 25 de enero de 2009

ESTRÉS POST-TRAUMÁTICO EN EL/LA POLICÍA y III


SUPERANDO EL TEP

Una de las técnicas más empleadas en el ámbito policial y de la emergencia es la técnica del debriefing (que se traduciría como “informar”, “dar parte” de lo ocurrido). El nombre completo sería Critical Incident Stress Debriefing (CISD) (algo así como “Informar del Estrés durante el Incidente Crítico”). Esta técnica se ha establecido ya de forma rutinaria en los departamentos de policía y emergencias de varios países (Estados Unidos, Inglaterra, etc.) y se emplea en el lapso de tiempo inmediatamente posterior a la ocurrencia y actuación en el incidente crítico.
El CISD está pensado y diseñado para estimular el procesamiento emocional de los eventos traumáticos a través de la ventilación y normalización de los sentimientos y de la preparación ante futuros acontecimientos. El CISD suele consistir en siete fases estándar:

1. Introducción: La fase introductoria del debriefing comienza cuando el líder o coordinador del grupo presenta el procedimiento del CISD, anima a los presentes a participar y establece las reglas sobre las que operará el debriefing, además de cuidar que se establezca una atmósfera de trabajo libre de críticas. Se recuerda la necesidad de la confidencialidad de todo lo que allí se cuente. Se explican cuáles son las reacciones traumáticas posibles frente a un incidente crítico, explicando que son normales y que generalmente funcionan de forma transitoria. La primera fase ya avanza que lo que sentimos, aunque doloroso, es normal.
2. Esta etapa está centrada en los elementos objetivos del suceso, los hechos. Se basa en preguntas como ¿Quién? Cuándo? ¿Dónde? Qué fue lo que pasó? ¿Cómo pasó? ¿Qué ocurrió después? Estas preguntas y el empleo de verbos como ver, oír y hacer, sitúan el acontecimiento en el nivel cognitivo y permiten construir el relato con un hilo coherente. La pregunta básica es ¿Qué hiciste tú?
3. Denominada “etapa de transición”, permite abordar todos los pensamientos y preocupaciones con relación al suceso y todo lo que se tambalea en el ánimo de los participantes. Cada uno puede expresar su propia interpretación de los hechos. Es una primera toma de contacto con los propios sentimientos experimentados durante el incidente crítico. Una pregunta clave aquí sería ¿Qué pasaba por tu cabeza durante el incidente?
4. Se centra en las emociones e impresiones sentidas durante el incidente crítico. Intentar disociarse de los sentimientos experimentados hace que la persona no tome conciencia de ellos y los trate como algo extraño o algo que no debería ocurrir (lo que cree uno que se espera de él en su profesión). Esto es una mala idea. Es necesario “reactualizar” estos sentimientos como si fuera la primera vez, controlando su intensidad para impedir un desbordamiento inútil y penoso. Aquí es necesario que el coordinador del equipo sepa manejar este tipo de emociones para que los sujetos puedan asimilarlas de forma natural. Aquí una pregunta clave sería: “¿Cuál fue la peor parte del incidente para ti?”
5. Esta es la fase de la información y la normalización de las reacciones que se aborda a modo de diálogo entre el coordinador del grupo y los participantes. Se les pregunta sobre las señales físicas, cognitivas, emocionales y conductuales y los síntomas de angustia que aparecieron (según el caso) (1) en la escena o 24 h tras el incidente; (2) pocos días después del incidente, y (3) que todavía se experimentan en el momento del debriefing. La pregunta sería: “¿Qué has experimentado desde el incidente?”
6. Fase de educación. Se intercambia información sobre la naturaleza de las respuestas de estrés y de las respuestas psicológicas y fisiológicas que pueden esperarse ante un incidente crítico. Esta fase sirve para normalizar el estrés y las respuestas de afrontamiento al mismo. La pregunta sería: “¿Qué has aprendido de esta experiencia?”
7. Fase de re-entrada. Es la que permite volver a la realidad y a la vida cotidiana. Se trata de llegar a una conclusión de consenso sobre todas las experiencias vertidas en la sesión. El coordinador del grupo debería estar disponible telefónicamente por si fuera necesario. La idea es reforzar la solidaridad y los lazos de unión del grupo para tratar de contestar a la pregunta: “¿Cómo podemos ayudarnos unos a otros la próxima vez que ocurra algo similar?”


Se recomienda realizar el debriefing entre 24 – 72 horas tras el incidente para que la intervención sea más efectiva. Resulta evidente que esta técnica no se encuentra disponible de manera generalizada. La mayor parte de los agentes que padecen algún tipo de estrés traumático a medio largo plazo, como el TEP, recurren a visitar a algún profesional, y ello después de pensárselo mucho. Mi experiencia personal me dice que es en la Guardia Civil en donde los agentes vacilan más a la hora de solicitar ayuda psicológica. Tal vez los presupuestos e ideales sobre los que se sustenta el trabajo entran en conflicto con la naturaleza humana que no puede dejar de sentir como siente.
Se puede ser un buen agente de policía o intervenir en emergencias y experimentar estrés, miedo, angustia, tristeza, etc. Experimentar estas emociones no es el problema. El problema deviene cuando uno no se da permiso para hacerlo, intenta ocultarlo o se castiga por sentirse así. A ello ayuda también una estructura de mando que puede ver en estas reacciones “debilidad” en el agente, sin comprender que lo importante es prestar los apoyos necesarios para que la persona supere su estrés y se reincorpore de nuevo al trabajo más fortalecido y con la sensación de pertenecer a un colectivo que comprende cómo se siente y que está ahí para apoyarlo en tarea tan difícil y dura.

4 comentarios:

Ignasi dijo...

Muy buena la trilogía del estres policial. Estoy totalmente de acuerdo en que los policias tenemos las falsa concepción de lo que se espera de nosotros a nivel emocional. Es una cultura interna muy dificil de erradicar. He visto policias llorando después de una actuación muy traumática y se preocupaban más de haberse derrumbado y hechado a llorar, que de superar sus recuerdos. Somos personas y despues policias.

aguila dijo...

Hola, pertenezco a un grupo de intervencion y rescate, es muy interesante lo que escribes, pero para loque trabajamos en el tema y en reiteradas ocaciones estamos sometidos a hechos traumaticos y forma parte del quehacer casi cotidiano, es necesario hacer la diferencia, puedo pensar que estamos acumulando al grande que algun dìa nos va a pasar la cuenta, no en un momento inmediato pero tal vez en una situación de jubilacion o retiro,para nosostros es dificil poder autodefinirnos y para los psicologos somos caso aparte, para nosotros rescatar un cadaver de una persona en un lugar de dificil situacion o acceso geografico es motivo de cumplir un objetivo,jubilo por que la mision se termina, alegría porque vuelvo a estar con mis seres queridos,no pongo mas en riesgo mi vida por una persona muerta,dar tranquilidad a los familiares del fallecido etc. por eso yo creo que debemos merecer un "estudio especial"

Fernando Pérez Pacho dijo...

Buena puntualización, apreciado amigo. Sería muy interesante que pudieras aortarnos las áreas, elementos, situaciones, sentimientos, etc., que crees más pueden incidir en el estrés relacionado con el trabajo tan importante que realizas. Gracias por tu aportación.
Fernando

Sina dijo...

Buenos días,
Me resulta muy interesante su blog, felicidades. Conozco a una persona, que le retirtaron del cuerpo por estres, despues de sufrir un accidente en el P.Vasco.
¿Pueden seguir sufriendo daños a largo plazo? ¿o la retirada es uan forma de "curarse"? y por ultimo otra pregunta: ¿Es posible volver al cuerpo despues de lo sucedido?